La ciencia que estudia el comportamiento humano y su actividad, la sociología, la psicología, además de la psicología ambiental, la arquitectura y el diseño de productos para crear/cambiar distribuciones arquitectónicas y elementos estructurales, complementar y completar ambientes que garantice la comodidad y habitabilidad del ser humano. Y como ciencia o rama conectada con la sociología y psicología, el Diseñador de interiores debe estudiar y comprender mejor a las personas (clientes), y cómo les afecta e influye el diseño interior. El diseño interior requiere conocimiento en diversos tipos de software de alta gama, para crear, manejar y explicar el uso ergonómico y eficaz del espacio.En resumen, podríamos decir que el diseño de interiores es el conocimiento enfocado en diseñar y generar un espacio interior funcional, eficaz y seguro en todos los niveles.
La decoración se define generalmente como un conjunto de técnicas escenográficas y visuales destinadas a la composición y ornamentación del espacio. Implica en la elección y distribución de los diferentes elementos de mobiliario y textiles, accesorios, colores, iluminación y texturas que formarán parte de él. Usa la creatividad y la innovación, previamente definido por un estilo especifico, para aportar valor estético al aspecto final de un espacio interior, no cambia distribuciones arquitectónicas, ni elementos estructurales.La decoración no requiere, conocimiento arquitectónico y técnico, en general el conocimiento viene de referencias de viajes, exposiciones, lecturas y acompañamiento de tendencias del mercado.
Hoy para ser un Diseñador de Interiores es necesario dedicarse a estudiar esta ciencia en una carrera técnica o universitaria que toma de 3 a 5 años, dependiendo del país en el que se estudia. Asimismo es necesario tener conocimiento en sociología, psicología, psicología ambiental, arquitectura y diseño de productos, además de ser imparcial en el estilo y la influencia.
De este modo, podrán enfocar el diseño interior de un edificio de la forma correcta, dependiendo de las necesidades y preferencias de sus usuarios.
El experto diseñador también deberá controlar y conocer otras ramas profesionales, sin detener nunca su formación y su aprendizaje, ya que el mercado cambia y también las tendencias, así como se desarrollan nuevos aspectos del diseño de interiores, mejores ideas y nuevos procesos.
Un profesional de diseño de interiores tendrá que haberse formado en conceptos arquitectónicos que le ayudarán a entender la estructura interior y determinar su mejor distribución dentro de cualquier edificio.
El diseñador de interiores se encarga de gestionar y diseñar cualquier cambio de espacio al interior de un edificio. Cualquier trabajo que requiera la modificación de los muros no estructurales, cambios en el sistema de iluminación o arreglos, deberá ser supervisado por este profesional. Sus objetivos principales son optimizar el espacio y pensar en su funcionalidad.
Un profesional dedicado al diseño de interiores podrá considerar los colores y texturas que se utilizarán para la decoración de la obra, pero esta no es su prioridad.
Para tornarse un decorador no es necesario una formación, conocimiento arquitectónico o técnico, en general el conocimiento se consigue viajando, visitando exposiciones, leyendo y acompañando las tendencias del mercado. El decorador normalmente tiende a tener un estilo especifico e influenciar sus proyectos por este estilo.
Por otro lado, un decorador realizará su trabajo una vez que la estructura interior del edificio esté definida. Esta es una importante diferencia entre el diseño de interiores y la decoración.
Un profesional dedicado a decorar se encarga de que el ambiente se vea bonito y a la moda. En general no requiere atender a las necesidades personales de los usuarios, ni se enfoca en la seguridad de ellos, sino encuentra la mejor distribución de las piezas, colores y texturas que se utilizarán para la decoración.
Hasta la Baja Edad Media de hecho no existía la profesión de la arquitectura como tal. En esa época aparecen talleres de artesanos carpinteros, que realizan la arquitectura exterior e interior.
Los grandes artistas Renacentistas (Leonardo, Miguel Ángel, Rafael…) disponían de talleres, que ahora llamaríamos multidisciplinares, en que aprendices y ayudantes desarrollaban los encargos de las obras pictóricas, escultóricas, arquitectónicas que recibían sus maestros.
En la época barroca y rococó la importancia que se da a los elementos decorativos hace que los interiores de los edificios se potencien, lo que hace que el arquitecto ejerza una labor importante de decorador.
En el Neoclásico (último tercio del siglo XVIII e inicios del XIX) arquitectos franceses como Percier y Fontaine o ebanistas como los hermanos Adams o Chippendale ya en sus talleres ejercen básicamente de interioristas.
El diseño de mobiliario implica el diseño del interior.
En el siglo XIX la decoración se vuelve una tarea eminentemente femenina, en la cual las decoradoras no cambiaban distribuciones, ni elementos estructurales, sino que ubicaban mobiliario, complementos y elementos textiles en un interior. La decoradora disponía normalmente de una tienda de mobiliarios y elementos decorativos que utilizaba en sus encargos, más que tener un taller propio.
Entre mediados y finales del siglo aparecen dos estilos que potencian el diseño interior (o arquitectura de interior), el Arts and Crafts y el Art Nouveau.
El Art Nouveau-Modernismo da una real importancia al interiorismo. Arquitectos como Victor Horta, Gaudí, Mackintosh… desde sus despachos-estudios de arquitectura dan tanta o más importancia al interior de sus edificios que al exterior.
Muchos de los diseñadores del siglo XX no tenían una formación específica. En pleno siglo XX la arquitectura y el interiorismo se confunden. Arquitectos como Peter Behrens, Walter Gropius (creador de la Bauhaus), Mies Van der Rohe, Le Corbusier… diseñan exteriores, interiores y mobiliarios de sus proyectos.
Así que muchos de los diseñadores de Interiores del siglo XX no tenía una formación específica, ya que no era exigida.
En general, la principal diferencia entre el diseño de interiores y la decoración son los estudios. Por lo que los conocimientos de los profesionales de ambas disciplinas no son los mismos.
El diseño de interiores requiere conocimientos de arquitectura, y experiencia en organizar y gestionar espacios.
La decoración, en cambio, se basa en aportar valor estético a los espacios interiores, usando la creatividad y la innovación.
Para diseñar un espacio seguro, debemos tener en cuenta algunos cuidados con el objetivo de privilegiar la seguridad de los usuarios. La correcta elección de muebles y materiales para evitar accidentes es primordial en un buen diseño.